Todos los inicios son difíciles, o eso hemos oído infinidad de veces.
Hagas lo que hagas, deberás romper el hielo y dar un paso hacia adelante, para conseguir lo que tienes en mente. Eso requiere energía, fuerza de voluntad, atrevimiento y decisión, todas estas son palabras poderosas, que me encantan, la verdad.
Pero, ¿qué pasa si lo que quieres es empezar a reconocerte como “artista” o “creativa”? A veces, no es fácil.
Desde pequeños se nos enseña qué tener este tipo de vocación no nos lleva a ninguna parte. Yo no sé exactamente cuál es el mecanismo por el que lo aprendemos, porque tampoco conozco a nadie que lo diga abiertamente, pero todos sabemos que si te dedicas a esto, dicho rápido y pronto; hay muchas posibilidades de que te mueras de hambre, entre otras cosas.
“Son profesiones mal pagadas”, “no están lo suficientemente reconocidas”, “nadie me tomará en serio”, “voy a perder el tiempo”, son pensamientos que te vienen cuando tienes que elegir profesión, hasta decir: ¡mejor estudio y me dedico a otra cosa!
Afortunadamente, no todo el mundo se deja llevar por esa corriente a la que nos empuja la sociedad. Porque si no, ¡qué triste sería nuestra vida! Pero a muchos, como a mí, nos llevó esa maldita corriente que, al final, te puede hacer muy infeliz.
Si, suena muy fuerte, pero es que no sacar la creatividad te puede llevar a eso. Por experiencia, sentir que te falta algo, no es agradable. Y eso que muchas veces es inconscientemente y ni uno mismo entiende qué es lo que le pasa.
Sabes lo que eres, pero ni tu mismo te lo reconoces, o tardas en hacerlo, si es que ni te dedicas a ello.
Cada individuo trae debajo del brazo al nacer una cualidad o herramienta para su supervivencia; a poco que la descubra, si le da sentido y persevera en ella, descubrirá que le acompañará toda su existencia. Cuanto más pronto se percate de esto, menos se andará por las ramas y tendrá algo que lo quitará de las antesalas de los psiquiatras y de las listas de los estresados.
Ricardo Rousselot
Para mí, pasaron demasiados años hasta que me autorreconocí como creativa, pude estudiar Grado en Diseño y Creaciones Digitales y finalmente dedicarme a ello (todavía estoy cruzando los dedos para poder mantenerme con mi trabajo, ya os contaré).
Por eso he querido empezar el blog con este tema. He hablado con muchas personas con mucha creatividad* y que no se dedican a esto por miedos varios, y es muy triste.
Yo pienso, que yo hubiera sido más feliz desde el principio, si me hubiera dedicado a esto y no hubiera perdido tanto tiempo en otras cosas, soñando con dedicarme a lo que ahora hago.
(*) Digo con mucha creatividad, porque realmente creativos somos todos y se puede ejercitar cómo un músculo, pero de eso ya hablaré otro día… 😉
¿Te pasa o conoces a alguien que podría dedicarse a algo artístico y no lo hace? ¿Por qué?