Cuando, ya de adulta, empecé los estudios Universitarios de Grado en Diseño y Creaciones Digitales, sentí como si al fin llegase a mi tribu.

¡Me entendían! Hablaban como yo, ¡y se fijaban en las mismas cosas! Literalmente renací, había encontrado mi lugar.

Pero antes, la vida me había dado para experienciar lo que era tener una empresa propia familiar y trabajar para otras empresas. 

Fíjate, que lo primero que recuerdo, es que con 3 años tuve un accidente; me clavé un tornillo en la frente de la silla donde reparaba mi padre los aparatos de Alta Fidelidad. Varios puntos de sutura para aprender desde muy pequeña lo duro que es, esto de ser emprendedora.

También trabajé para otros de contable, administrativa, en marketing, etc.

Resulté ser polivalente, pero creo que todo eso me ha ayudado para poder ponerme mucho mejor en el lugar de la persona emprendedora y su proyecto, a la hora de diseñar.

Desde pequeña siempre me interesó el medio ambiente y me hacía muchas preguntas sobre como estábamos haciendo las cosas. 

Así que llegar al Branding Sostenible fue natural y fluido. De las dos cosas que se me daban mejor: el Branding y el Diseño Ético, nació mi proyecto.